En el año 2011 se empezaron las reuniones en casa donde se reunían dos familias. En el transcurso se fueron agregando más familias a estas reuniones. Después de un tiempo se hicieron roles de hogares para las reuniones que incluían escuela Bíblica dominical y predicación. Posteriormente las reuniones se movieron a Album Park. En este tiempo los hermanos estuvieron trabajando y orando con la visión de un día poder tener un lugar especial dedicado solamente para adorar a nuestro Dios. Nuestro Hno. Aarón Loaeza Rojas, como líder, se contacto con la asociación. Antes de cumplir un año con las reuniones en hogar, a la mitad del 2012, la iglesia Valley View Baptist Church, nos adoptaron como misión, la cual fue llamada Misión Tierra Prometida. Durante 3 años se siguió orando para que la obra de Dios siguiera adelante y poder llegar a ser iglesia, se asistió a reuniones de Church Planters y se trabajó en poder cumplir los requerimientos para formar una iglesia. Nuestro nombre cambio de Misión Tierra Prometida a nuestro actual nombre, Iglesia Bautista Reunidos por Cristo. El 4 de marzo del 2017, justo antes del cuarto año como misión, y por la gracia de Dios, fuimos establecidos como iglesia. Ese mismo día, nuestro Hno. Aarón Loaeza Rojas fue ordenado como Pastor por la asociación, aprobado por el Pastor de Valley View Baptisth Church y el presidente de la asociación.
Pastor Aarón Loaeza
Aarón Loaeza Jr.
Anita Sánchez
Angel Sánchez
Karla Payán
Israel Martinez
Aarón Loaeza Jr.
Anita Sánchez
Angel Sánchez
Karla Payán
Israel Martínez
Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios inspirada, infalible e inerrante. Es la autoridad suprema para todos los asuntos de fe y práctica, completamente suficiente para enseñar, redargüir, corregir y entrenar en justicia (2 Tim. 3:16-17; 2 Ped. 1:20-21; Sal. 119:105).
Creemos en un Dios verdadero y viviente que existe eternamente en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Él es infinito en poder, conocimiento, sabiduría y santidad, y es digno de toda adoración, confianza y obediencia (Deut. 6:4; Mat. 28:19; Juan 4:24; Sal. 147:5).
Creemos que Dios es el Creador y Sustentador de todas las cosas. Él creó el universo de la nada, gobierna todos los eventos según Su voluntad soberana y obra todas las cosas para Su gloria y el bien de Su pueblo (Gén. 1:1; Heb. 1:3; Rom. 8:28; Ef. 1:11).
Creemos que la humanidad fue creada a imagen de Dios, pero por la desobediencia de Adán, todos han caído en pecado. Esta caída trajo muerte espiritual, culpa y corrupción a todos, dejando a la humanidad totalmente incapaz de reconciliarse con Dios por sus propios esfuerzos (Gén. 1:27; Rom. 5:12; Sal. 51:5; Ef. 2:1-3).
Creemos que la salvación es un regalo de la gracia de Dios, recibido por medio de la fe en Jesucristo. Su vida perfecta, muerte sustitutiva y resurrección victoriosa aseguran la redención de todos los que creen. La salvación es completamente una obra de Dios, no depende del esfuerzo o mérito humano (Ef. 2:8-9; Rom. 3:23-24; 2 Cor. 5:21; 1 Ped. 1:3-5).
Creemos que Jesucristo, el Hijo eterno de Dios, tomó naturaleza humana, siendo plenamente Dios y plenamente hombre. Vivió una vida sin pecado, murió en la cruz como sustituto de los pecadores y resucitó corporalmente de la tumba, asegurando la victoria sobre el pecado, la muerte y Satanás (Juan 1:1, 14; Heb. 4:15; 1 Cor. 15:3-4; Col. 2:15).
Creemos que el Espíritu Santo regenera los corazones, convence de pecado y capacita a los creyentes para vivir vidas santas. Él mora en cada creyente, los une con Cristo y los equipa para el servicio en la iglesia y en el mundo (Juan 16:8; Tito 3:5; Rom. 8:9; 1 Cor. 12:4-7).
Creemos que la iglesia universal es el cuerpo de Cristo, compuesto por todos los creyentes de toda nación y generación. Las iglesias locales son reuniones de creyentes que se unen para la adoración, el discipulado, la comunión y la misión. La iglesia es gobernada por la Palabra de Dios y dirigida por ancianos y diáconos (Ef. 1:22-23; Hech. 2:42-47; 1 Tim. 3:1-13).
Creemos que el bautismo por inmersión es una ordenanza, simbolizando la unión del creyente con Cristo en Su muerte y resurrección. La Cena del Señor es una conmemoración del sacrificio de Cristo, celebrada por los creyentes bautizados como proclamación de Su muerte hasta que Él regrese (Mat. 28:19; Rom. 6:3-4; 1 Cor. 11:23-26).
Creemos que la adoración debe dirigirse solo a Dios y debe realizarse en espíritu y verdad, según lo prescrito en las Escrituras. El primer día de la semana, el Día del Señor, está dedicado al descanso y a la adoración, conmemorando la resurrección de Cristo (Juan 4:24; Col. 3:16; Hech. 20:7; Apoc. 1:10).
Creemos que los creyentes son llamados a vivir vidas santas y obedientes, reflejando el carácter de Cristo. Aunque los cristianos están libres de la pena del pecado, no son libres para pecar, sino que son capacitados por el Espíritu Santo para vivir conforme a la Palabra de Dios (Rom. 6:1-2; Gál. 5:22-23; 1 Ped. 1:15-16; Mat. 5:16).
Creemos en el regreso físico de Jesucristo para juzgar a los vivos y a los muertos. Los justos disfrutarán de la vida eterna en la presencia de Dios, mientras que los impenitentes enfrentarán un castigo eterno (Mat. 25:31-46; 1 Tes. 4:16-17; Apoc. 20:11-15; Juan 14:2-3).